Laura Pausini tenía 16 años cuando su padre, sin preguntar, la inscribió en un concurso de talentos. Ella no sabía nada, hasta que un día al volver de la escuela se encontró con una carta a su nombre debajo de su plato de pasta, en la que decía que había sido aceptada como concursante.
Tal y como le cuenta a Risto, al principio la horrorizaba la idea porque temía ser juzgada, pero al final su madre la convenció y acabó yendo al concurso a cantar la versión de Liza Minnelli de 'New York, New York'.
La suerte la llegó cuando un mánager muy famoso que se encontraba entre el público la eligió a ella para ofrecerle cantar el mítico “Marcos se ha marchado para no volver…” (‘La soledad’). Una canción que Laura quiso cantar desde el primer momento porque se identificaba muchísimo con ella. Grabó la demo, la mandaron a la Warner Italia... y de ahí al estrellato.