Isabel Pantoja habla de sus hijos, del amor y de su esperada vuelta a los escenarios
La tonadillera revela el ritual que sigue antes de cantar
Isabel recuerda a Paquirri en su 72 cumpleaños
La cantante asegura que ha cerrado la puerta del amor "con siete candados"
Isabel Pantoja está más ilusionada que nunca. Hoy volverá a los escenarios en Madrid, concretamente en el Wizink Center: "Mañana saldrán las 300 entradas que quedan", contaba orgullosa la tonadillera en una llamada a 'Sálvame'.
Aunque ha preferido mantener el misterio y no revelar muchas sorpresas, la cantante nos ha confesado algunos detalles de su concierto. Por ejemplo, nos cuenta que antes de cantar, se queda media hora sola en el camerino para "hacer sus oraciones". Además, Anabel Pantoja es "la persona que se encarga de todo lo que necesita en el escenario, es su mano derecha".
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En referencia a la boda de su sobrina y a su cambio de domicilio a Canarias, se muestra triste: "Si la veo poco estando en la península, imagínate cuando se vaya a Canarias".
También ha querido hablar del resto de su familia, en especial de su madre, quien atraviesa un delicado momento de salud: "Es el primer show que doy en el que ella no va a estar presente en 49 años de artista". Por eso, el concierto se lo dedicará a ella.
Ante estas palabras, Paz Padilla se emocionaba y le daba las gracias. Hace unos días, la tonadillera le daba el pésame a la presentadora por el reciente fallecimiento de su madre, algo que Paz ha querido agradecer.
Y no solo ha hablado de su madre. Isabel se mostraba muy contenta ante la reciente reconciliación de sus hijos, Isa P y Kiko Rivera, quienes sellaban su paz en ' El programa de Ana Rosa': "Ellos me han visto sufrir".
Jesús Manuel Ruiz ha aprovechado la llamada para preguntarle por Paquirri, quien cumpliría 72 años. La tonadillera ha preferido evitar el tema: "Jesús Manuel, te voy a pedir un favor, esto hace ya 36 años, yo mañana voy a cantar, así que por favor".
Y al finalizar la llamada llegaba el tema más importante, y María Patiño no dudaba en preguntarle por el amor: "Tengo las puertas del amor con siete candados. Yo ni muerta. Me encuentro muy feliz como estoy".
Con este contundente rechazo al amor finalizaba la conversación. Desde aquí, solo podemos desearle toda nuestra suerte a la tonadillera, aunque seguro que no la necesita.